El primer equipo se trae los tres puntos de Torrelodones sin apretar el acelerador.
En un partido con poco brillo, las nuestras consiguieron el botín deseado y sumaron los puntos en juego ante un Torrelodones que no disparó ni una vez a puerta. Este es el mejor resumen que se puede hacer del encuentro disputado en el Julián Ariza a causa de un planteamiento rival enfocado a minimizar daños, la falta de espacios en ataque y sobre todo la falta de intención de las locales en buscar la portería de una inédita Paola. Núñez apostó por Carol, Costa, Gudiel y Leti en defensa, Belén, Coronel y Camila en mediocampo y Mellado, Jade y Saray en ataque y desde el primer minuto, el balón, las ocasiones y el dominio posicional fue madridista. La doble línea local de hasta 9 jugadoras no acudía ni a los intentos de las nuestras de sacarlas de la zona para poder penetrar hasta la meta torresana lo que fue convirtiendo el partido con el paso de los minutos en un monólogo en el que se echaban de menos las llegadas en tromba y las combinaciones en ataque a las que las nuestras nos tienen acostumbrados.
Apenas un par de ocasiones no excesivamente claras, en las botas de Mellado y de Belén, fueron el bagaje atacante preludio del primer gol, de la propia Belén, en un rechace en línea de área grande que la mediocentro cazó con un gran disparo que acabó en las redes locales a los 14 minutos. Sin poder apenas llegar de manera clara a la portería del Torrelodones, las blancas se adelantaban en lo que parecía el inicio de una fiesta goleadora por dominio, por situaciones favorables, por la tranquilidad con la que vivía la defensa visitante y especialmente porque ese gol implicaba necesariamente que las de la sierra abrieran posiciones buscando al menos empatar. Nada de esto sucedió. No hubo fiesta, las locales no solo eran superadas sino que la intención propia ni siquiera parecía ser buscar ese empate lo que inevitablemente hizo que el partido se fuera tornando en una circulación gigante de las jugadoras blancas ante una defensa empecinada en proteger su portería. El balón llegaba a zona de peligro y volvía atrás ante la imposibilidad de entrar entre tantas piernas. Saray fue capaz de romper la monotonía en dos situaciones de las que supo sacar provecho, a los 26 minutos, con una conducción clara ante la que no encontró oposición durante casi treinta metros y un golpeo marca de la casa que firmó el segundo gol, y tres minutos después, con una buena progresión que acabó centrando a Mellado, que, naturalmente, no perdonó. Dos acciones en apenas unos minutos que, por fin, desarbolaban la defensa rival. 3-0, descanso y la sensación de tener el partido no solo ganado sino perfectamente controlado, sin riesgo alguno ni siquiera de que Paola estrenara los guantes. Esta sensación fue la perdición del segundo tiempo.
Y es que tras el descanso, ni los cambios ultraofensivos de Núñez espolearon el partido, que se fue convirtiendo en una suerte de posesión absoluta sin ocasiones y sin intensidad. Solo Jade puso picante con un gran disparo que se estrelló violentamente en el larguero pero el Torrelodones, al menos en apariencia, se daba por satisfecho con el resultado y las nuestras no encontraban la manera de entrar con claridad ni arriesgaban en demasía dada la claridad del marcador. Esta situación dio lugar a una segunda mitad que no aportó nada ni a unas ni a otras ni a la grada. Buenas noticias en todo caso para las blancas, que consiguieron el objetivo de sumar los tres puntos en juego y que acumulan 9 partidos sin caer fuera de casa, la última derrota data de Mayo del pasado año.
La semana que viene, el parón por selecciones emplaza la siguiente jornada a dentro de 14 días, con la visita del Guadamur, colista, a La Dehesa.
ⓜⓒⓕⓕ
